Disociarse del tiempo es salirse del hiperespacio. Medirlo es la forma más común para deshacer esa dimensión y mantenerla aparte, el tiempo forma parte de nosotros hasta ese momento.

Entonces disociado, dislocado y reubicado en 3 dimensiones el avance de la humanidad no sincroniza con la idea de avance del tiempo. Hay veces que para avanzar hay que dar un paso atrás. El tiempo controlado lo reparten desigualmente.

Antes que cierta tecnología se convirtiera en el nuevo estupidizador masivo hubo una época, no muy distante, alucinadamente esperanzadora. El inicio del experimento fuera de control de las manos del poder. La vorágine consumista, otro experimento exitoso del poder dominante, hace que los complicados no deseen elegir entre la tecnología util y la lobotomía tecnológica.

Ir al pasado puede ser un salto al futuro, fundirse con el tiempo y recrear el hiperespacio.

Voy allá.

Lo que sigue es una serie de citas y paráfrasis tomadas de una variedad de fuentes. Algunas han sido oscurecidas, fueron sampleadas. Las demás las reconocerán claramente. Está atento al hecho de que estas declaraciones se deslizan hacia atrás y adelante entre los dos usos de cyberpunk (como género literario y como una verdadera subcultura). No he tratado de aclarar su intención original ni ponerlas en orden.

El resultado es casi el de un manifiesto.

Continentes electrónicos, la deriva más allá de la retina, se mueve hacia la superficie pura. Lo real, lo virtual, lo imaginado, lo artificial, lo humano y la máquina (cyborg), todos buscan re-invención, re-definición. Nuestros grandes cambios tecnológicos están dando forma a nuevas formas de cultura, organización social y creación de mitos.

Cyberpunk es implosión tecnológica. En el mundo real significa simplemente la actitud Do-It-Yourself, junto con la política anarquista libertaria, proyectada hacia el futuro. Se trata de futurismo rebelde.

Somos una economía de información. Te lo enseñan en la escuela. Lo que no te dicen es que es imposible moverse, vivir, actuar a cualquier nivel sin dejar huellas, pedacitos, fragmentos de información en apariencia insignificantes. Fragmentos que pueden ser recuperados, amplificados…

Cyber y punk, el ideal posmoderno: una filosofía máquina que puede crear el mundo a su imagen y una libertad de automutilación.

Refleja la influencia cada vez más generalizada de la ciencia ficción en la cultura post-moderna, el colapso del futuro en el presente.

Un acercamiento a la locura, más precisamente con el fenómeno más filosóficamente interesante de la locura: la alucinación, el trastorno.

Estamos entrando muy rápidamente a un mundo donde es difícil o imposible distinguir la diferencia entre la fantasía y la realidad. Es un mundo globalizado pulsando con flujos de información y de datos, un lugar donde subculturas infinitas y cultos mentales viven en sus propios universos de bolsillo.

Un mito industrial de un futuro próximo, una nueva ficción tecno-surrealista.

Cyberpunk intenta desmitificar los códigos culturales establecidos con el fin de descifrar las estrategias ocultas de dominación, el deseo, la voluntad, el poder y la voluntad de poder. Una interrogación radical de las tecnologías en el trabajo en la sociedad contemporánea.

Es una interzona entre tecnologías duras, las ciencias, las drogas, la mística y surrealismo nihilista.

Una visión del mundo global.

Una identificación con las culturas subterráneas.

La intensidad del punk.

La paranoia inteligente.

Antihéroes como héroes.

Compartir información.

Un interés en la modificación del cuerpo.

Un romance con fórmulas electrónicas de la realidad no ordinaria, es decir, ciberespacio.

Un interés en la anarquía, el terrorismo cultural.

La calle tiene su propio uso de las cosas. Todo está en la mezcla.

La información quiere ser libre.

El acceso a las computadoras y todo lo que le puede enseñar algo acerca de cómo funciona el mundo deben ser ilimitado y total.

Ceder siempre al imperativo.

Desconfianza en la autoridad.

Promover la descentralización.

Hazlo tu mismo.

Luchar contra el poder.

Alimentar el ruido de nuevo en el sistema.

Ciertos temas centrales surgen repetidamente en el cyberpunk. En primer lugar el tema de la modificación del cuerpo, las prótesis, los circuitos implantados, la cirugía estética, la alteración genética. En segundo lugar, la invasión mente y expansión de la mente, las interfaces cerebro computadora, la inteligencia artificial, la neuroquímica, todas las técnicas de redefinir radicalmente la naturaleza de la humanidad, la naturaleza de uno mismo.

Los últimos 50 años al menos han sido los años … filmados. Tenés que preguntarte si hay algo acerca de nosotros más importante que el hecho de que estamos constantemente en la película, en constante observación de nosotros mismos. El mundo entero está en la película, todo el tiempo. satélites espía, escáneres, imágenes microscópicas del útero, los embriones, el sexo, la guerra, los asesinatos, todo.

Miramos y estamos siendo mirados.

Los ciberpunks, creciendo en la década de 1980 a 1990, desarrollan nuevas metáforas, rituales, estilos de vida para tratar con el universo de la información. Más y más de nosotros se están convirtiendo en los chamanes de lógica difusa y alquimistas digitales.

Los paralelismos entre la cultura de los alquimistas y la de adeptos informáticos cyberpunk son numerosos. Ambos emplean el conocimiento de un desconocido arcano que oculta a la población en general, con los símbolos secretos y palabras de poder. Los «símbolos secretos» componen las lenguas de las computadoras y las matemáticas, y las palabras de poder

instruyen a los sistemas operativos de computadoras para completar tareas.

Ritos de iniciación o aprendizaje son comunes en ambos.

Hazañas psíquicas.

Las pantallas de ordenador son espejos mágicos, que presentan realidades alternas en diferentes grados de abstracción en el comando (invocación). El ratón o el lápiz de la tablet es la varita, controlando el fuego de la pantalla monitor y el aprovechamiento de la fuerza creativa del operador. Los discos rígidos son los pentáculos, inscritos con símbolos complejos, tabletas de barro para recibir la entrada del «aire», lo que resulta en el chisporroteo de electricidad intelectual de la programación de circuitos de chip del procesador.

Lenguajes de programación son un Tarot, el resumen de todas las posibilidades, activados para la adivinación por yuxtaposición y la influencia mutua. Se trata de una tabla periódica de posibilidades, la forma occidental de la oriental I Ching. Tradicionales lenguajes de programación orientados a palabra – FORTRAN, COBOL, y el resto – son una forma primitiva degenerado de estos sistemas universales, grimorios de las corporaciones con fines de lucro.

Transmutación personal (el éxtasis del truco final) es un objetivo encubierto de ambos sistemas. El satori de la comunicación armónica hombre máquina resultante de la regresión infinita en los niveles meta de la auto reflexión es la recompensa por conceptualización y ejecución de las ideas.

No hay interruptor de apagado a la tecnológica.

Hay que tener cerca una cara que no cambie.

El ciberpunk generalmente trata con individualistas solitarios y alienados dentro de una distopía.

Por eso, a los atontados tecnológicos, inútiles para la fusión, invadidos por la tecnología como por un virus, que cruzan la calle mirando el teléfono celular que atrofió los instintos de supervivencia, si tengo la chance yo los haré saltar, acelerando, agarrando el volante con fuerza, sintiendo el motor en altas revoluciones, mirando fijamente a ver que leo en sus ojos, no sé si saltarán al futuro, al pasado, saltarás para atrás, para adelante si todavía hay vida o por el aire.

El espejo retrovisor como pantalla mostará el resultado.

Es ilegal, pero, ¿acaso no lo somos todos?