
I ACRACIA
No se confunda, Acracia no es un nombre, es una aparición en la carreta más peligrosa del mundo.
Y si alguna vez cruzas la Carretera 666, que atraviesa los parques industriales de la muerte, quizás te la encuentres de frente.
Su sonrisa fue borrada con ácido pues fue de lo que prefirieron incendiarse antes que obedecer, una especie de sombra que sigue a las patrullas corruptas sin dejar huellas.
Es el rostro infernal que se descarga por error en las cámaras de seguridad de las gasolineras abandonadas…
Acracia se aparece en las madrugadas en que los traileros desaparecen sin GPS. En los túneles bajo la frontera que trafican con niños codificados como «cargo“; también, está en los hologramas difusos que anuncian promesas del gobierno que nadie pidió.
Cuando la IA del coche te diga “Desconocido al volante”, entonces sabrás que ella ha subido.
Debes permanecer tranquilo, en algún punto de la noche, sin más, desaparecerá:
Como la justicia…
Como la memoria…
Como un país…
el rostro que se pone a aullarle a la luna,
en el curso de un viaje nocturno por una de las carreteras más infernales del mundo.
Poco antes de dejar de mirar la escena, la poesía y el horror del momento me hicieron tomar esta foto…
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II EL AHORCADO ESTELAR
La bateria de la soga electroluminiscente se habia agotado.
Deimos y Fobos ya habían salido pero la silueta seguia allí, inmóvil, sin hacer caso de las señales.
Hacía mucho tiempo que se había oído el canto de las golodrinas eléctricas y las luces de la ciudad brillaban constantes, allá, a lo lejos.
PERO EL CUERPO NO RESPONDÍA NADA, siguió en la misma postura que antes, la información contenida en su memoria ya había sido vaciada y su sangre ya sólo era una mezcla informe de heroína y adrenalina.
Poco antes de dejar de mirar la escena, la poesía y el horror del momento me hicieron tomar esta foto…
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III DECAPITADO MATRIX
La cabeza del decapitado ya sólo era una masa informe en descomposición, aún así decidieron conectarla a los lentes-matrix para ver qué podían obtener.
Pasado un momento, la pantallita de control dio muestras de actividad y las letras holográficas comenzaron a aparecer en cascada, luminosas, repitiendo un único mensaje:
De qué sirve estar tan lleno de vida,
si vives rodeado de muerte todo el día.
De qué sirve estar tan lleno de vida,
si vives rodeado de muerte todo el día.
De qué sirve estar…
Después, la señal de sus ojos se fue apagando lentamente.
Poco antes de dejar de mirar la escena, la poesía y el horror del momento me hicieron tomar esta foto…
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IV SICARIO-ART
Cuando voy a San Pixelitos siempre tomo el distribuidor publiempresarial.
Es mucho más caro pero en él me distraigo viendo las nuevas tendencias del Sicario-Art, al tiempo que divago con mi mirada puesta en el cielo púrpura de la tarde.
7.45 pm: Me bajo del auto como si fuera un forastero y siento la caricia de la llovizna. Camino un poco hacia el límite para mirar hacia abajo, a la carretera pública, donde muchos son «levantados» para seguir alimentando a la pantalla.
Regreso al auto y, al sentirme, la neuroradio comienza a tocar de inmediato:
«I was born in a cross-fire hurricane
I was drowned, I was washed up and left for dead.
I fell down to my feet and I saw they bled.
I frowned at the crumbs of a crust of bread.
Yeah, yeah, yeah
I was crowned with a spike right thru my head.
But it’s all right now, in fact, it’s a gas!
But it’s all right, I’m Jumpin’ Jack Flash,
It’s a gas! Gas! Gas!»
Poco antes de dejar de mirar la escena, la poesía y el horror del momento me hicieron tomar esta foto…
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V REFINERIA MUTILACIÓN
Las manos y cabezas extraviadas, al juntarse con las rosas virtuales, huelen a chocolate y vainilla. Me fascinaron desde que pasé por las murallas de Refinería Mutilación.
De repente, una mano lanza su último reflejo y se desploma sobre las rosas, que caen como cascadas interminables y heladas. Ls piezas se elevan penosamente algunos centímetros para aplastarse en seguida contra los cuerpos de los que han sido exiliados.
Poco antes de dejar de mirar la escena, la poesía y el horror del momento me hicieron tomar esta foto…
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VI EL ÚLTIMO HABITANTE
La noche despertó con una cascada de colores, intento escapar de mis secuestradores y acercarme a la luz que se cuela entre las hojas. Salgo al patio, doy tres zancadas y me hundo en el suelo viscoso de sangre y extremidades. Las ramas del árbol han cambiado a cuerdas viscosas, a manos mutiladas que se esfuerzan por atraparme; tengo la impresión de penetrar un pulpo. En un instante los tentáculos ya han rodeado mis piernas, sólo dejarán rodajas…
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VII HOLOCAUSTO XOCHIMILCO
La fila de autos vacíos estacionados en las calles era inmensa, el último convoy de camionetas tuvo que transitar por la banqueta para poder llegar al embarcadero.
Los sicarios y algunos halcones descendieron de los vehículos y se quitaron sus trajes de exoesqueleto, saberse responsables de haber acabado con el mundo les orilló a aspirar con mayor vehemencia el aire fresco y fijarse por última vez en todos los colores de la noche.
Después, caminaron entre restos de brazos, cabezas, ropa y periódicos para llegar a la orilla del lago; se despojaron de sus armas electroluminiscentes y lentamente, formados y en completo silencio, fueron descendiendo uno a uno al agua hasta quedar completamente cubiertos por los lirios verdosos. Pronto, sus pulmones estallaron ante tanto líquido.
En la superficie, las aguas finalmente se aquietaron y el embarcadero quedó en el más absoluto de los silencios. A lo lejos, la luz de las estrellas inundaba la noche.
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CRÉDITOS:
Autor: Doctor Jorge Alberto Lizama Mendoza. UNAM-México, 13 julio 2019
Fuente Original: https://cybermedios.org
Fecha original de publicación: 3 septiembre 2016
También publicado en Steemit: https://steemit.com/@cybermedios.org



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