
Sin embargo, el enigma y la duda ya son delitos en el Estado totalitario.
La mente abierta a las preguntas está abierta a la disidencia. En el régimen totalitario, la mente escéptica, inquisitiva e imaginativa debe ser suprimida. Al esclavo totalitario sólo se le permite memorizar, y salivar cuando suena la campana.
– Joost Meerloo
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