
Este proceso ya ha comenzado a tener impactos importantes: el CSRI afirma que los vehículos eléctricos fabricados en China han aumentado su participación en el mercado del Reino Unido de solo el 2 por ciento en 2019 al 33,4 por ciento en la primera mitad de 2023.
El grupo de expertos advirtió que la negativa de Londres a imponer aranceles a los vehículos eléctricos chinos, a diferencia de la vecina Unión Europea, podría hacer que Gran Bretaña se convierta en un “vertedero y una posible puerta trasera de entrada al mercado europeo” para Pekín. Esto podría representar un punto de fricción entre el Reino Unido y sus aliados en Europa, así como en Estados Unidos, lo que podría amenazar el comercio con sus socios más cercanos, dijo el CSRI.
Sin embargo, las amenazas que plantea inundar el Reino Unido con automóviles fabricados en China no se limitan únicamente al ámbito económico: el CSRI advierte que los componentes de los vehículos eléctricos extranjeros podrían ser «utilizados como armas» por la nación comunista.
Según el CSRI, los módulos de Internet celular de las cosas (CIM) fabricados en China que se utilizan en los vehículos eléctricos podrían utilizarse para enviar a Pekín datos sobre los usuarios británicos. El documento señala que el gobierno totalitario exige que todas las empresas del país proporcionen acceso a los datos al estado, lo que fue uno de los factores que motivaron la decisión anterior del Reino Unido de eliminar gradualmente los componentes de Huawei de sus redes 5G para 2027.
Pero lo que quizás sea más preocupante es que el grupo de expertos advirtió que los módulos dentro de los vehículos eléctricos fabricados en China podrían incluso permitir que fuerzas adversarias apaguen o incluso controlen de forma remota los automóviles en Gran Bretaña, lo que representa una amenaza directa a la seguridad nacional.
El CSRI sugirió que el Reino Unido obligue a los proveedores extranjeros de vehículos eléctricos a no transmitir datos al exterior bajo ninguna circunstancia, introduzca un requisito legal para compartir su código fuente con el gobierno británico y permita inspecciones regulares de los centros de almacenamiento de datos a nivel mundial para garantizar que no se envíen datos confidenciales de forma encubierta a otros servidores.
Además, el grupo de expertos dijo que para proteger a los fabricantes de automóviles nacionales, el gobierno británico debería iniciar una investigación contra los subsidios estatales en el mercado chino de vehículos eléctricos y, al mismo tiempo, considerar proporcionar subsidios a los fabricantes británicos o subsidios directos a los consumidores para promover la industria local.
Sam Goodman, director senior de políticas del CSRI, dijo a The Telegraph : “El gobierno y el público parecen no ser conscientes de la dependencia, la interrupción y los riesgos de seguridad de los datos que los CIM dentro de los vehículos eléctricos chinos representan para el Reino Unido.
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