Los peligros de ‘vender’ tu iris a Worldcoin: «Es el salvaje oeste y pueden tomar decisiones por ti»

En Marqués de Cubas, 12, la oficina de Worldcoin en Madrid, un operario guía hasta la puerta a los usuarios de la aplicación que han reservado una cita a mediodía.

En el interior, dos empleados de la empresa de servicios auxiliares Grupo San Miguel vigilan a los pacientes. Al fondo de una fila de cinco o seis personas está lo que han llamado Orb, un aparato metálico diseñado con la forma del globo ocular, operado por Roberto, empleado de Worldcoin, la empresa fundada en 2019 por Sam Altman, el director ejecutivo de OpenAI, la compañía conocida por ChatGPT. Worldcoin fue levantada con 125 millones de dólares de distintos inversores. Un código QR generado por la aplicación activa la máquina, en la que se ilumina una circunferencia de leds verdes. Roberto la dirige hacia mi cara. «Quítate las gafas. Gracias. Mira fijamente. Gracias. Ya está».
El Orb acaba de escanear el iris derecho. Lo ha convertido en un código que me identifica. Soy el último usuario de esta franja horaria. El resto espera a que complete el proceso para recibir información. Roberto nos reúne en un corrillo, ordena abrir la aplicación y, siguiendo los pasos, accedemos a un pasaporte con el lema World ID. Universal proof of personhood [prueba universal de personalidad]. Además, a cambio de los datos, Worldcoin ha transferido a la cartera digital que acabamos de abrir 10 WLD, la divisa de criptomoneda de la compañía. Equivalen, según el gráfico de variación de su valor que muestra Roberto, a 75.12 euros. «Podéis retirarlos en 24 horas. No funciona ni con BBVA ni con Santander», aclara Roberto. «Vuestros datos serán almacenados. Al cabo de un año, se eliminarán. A partir de ahora os podréis identificar en cualquier aplicación como humanos», nos da la bienvenida a los servidores.
La subida de la cotización de los tokens ha disparado las altas. Más de 360.000 ciudadanos españoles ya han verificado su identidad en cualquiera de los Orb de Worldcoin colocados en diferentes ciudades.

(…)

Han creado un modelo de negocio antes de su regulación».

Martínez cree que este servicio puede entrar en competencia desleal con los proveedores oficiales de identificación. «No hay competencia desleal. Aunque se utilice el iris como forma de identificación, si no incluye un certificado electrónico cualificado emitido con los requisitos del Reglamento e-IDAS», la legislación europea, «no tendrá valor», explican desde uno de los principales despachos de abogados de España. Prefieren no relacionar su firma con la cesión del iris.
Ricard Martínez no confía en el uso que van a dar a nuestros ojos. «¿Crees que lo hacen por humanidad, que han desarrollado el certificado porque son muy buenos? Falta cultura: el precio eres tú. Hemos generado una cultura de Internet por la que damos hecho que todo va a ser gratis. Ellos navegan sobre esa falta de cultura».
Apuro las 24 horas. Un día después, trato de canjear los tokens en euros. El valor ha bajado a 74.94 euros. Otra aplicación diferente maneja ahora los datos. Ramp, una plataforma de compra y venta de criptomoneda, envía un código al correo electrónico. Exige también el nombre completo, la dirección postal, el número de tarjeta, su fecha de caducidad y la clave de tres dígitos. En la última fase del proceso, para confirmar la identidad que ya confirma el pasaporte Worldcoin generado con el iris, Ramp pide un documento de identificación, que en España puede ser el DNI, el pasaporte, el permiso de residencia o el carnet de conducir. Por último, un selfie culmina el striptease. El proceso se interrumpe. En un correo electrónico generado automáticamente, Ramp justifica la cancelación del traspaso con tres posibles motivos. «Tu transacción está fuera de los riesgos de tolerancia de Ramp. En tu región está vedado. Has creado una cuenta doble».
El teléfono de Worldcoin que aparece en Google no admite más mensajes de voz. Las opiniones de los usuarios sobre el servicio que ofrece Ramp no parecen naturales. «En el fraude de criptomonedas es difícil recuperar el dinero. Si el dinero llega a bancos rusos o de países del entorno, olvídate. Además, la justicia española está en cuadro y actúa más rápido en delitos, como yo digo, de sangre y semen», analiza la situación Carlos Sánchez Almeida, abogado especializado en delitos informáticos. «Si te suplantan con el iris, ¿qué vas a hacer? El iris es un dato personal que permite firmar documentos. Levantar cuentas. O acceder a una hipoteca. Lo primero que debe saber alguien que ceda su iris es saber dónde está la empresa domiciliada. Si es en Rusia, Ucrania o Bielorrusia para de contar. Son países que dan cobijo a ciberdelincuentes». Worldcoin tiene sede en San Francisco y Berlín.

 

«Ceder tu iris es egoísta. Afecta a la democracia»

«Retiros de España próximamente» es el mensaje que aparece en el último intento de convertir los tokens en dinero. «Parte del problema es que no sabes y yo tampoco qué has desencadenado con esta acción«, observa la filósofa Carissa Véliz, autora del ensayo Privacidad es poder (Taurus). «No sabes quién va a acabar con esos datos y para qué los van a usar. Si es que van a entrenar un algoritmo que reprima a una población, como en China. O para tratar de inferir sobre la cognición y manipular unas elecciones. No sabes si se va a utilizar para crear una base de datos central que permita imponer métodos autoritarios de control».

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https://www.elmundo.es/  (versión de pago)

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