Israel está presionando para obtener un paquete de ayuda de casi 100 mil millones de dólares por 25 años desde Estados Unidos.
El acuerdo pretende aislar la relación entre Estados Unidos e Israel de futuros cambios políticos.
Algunos legisladores se muestran cautelosos ante la posibilidad de que las contrataciones aislacionistas del Pentágono influyan en las negociaciones, pero su perspectiva equilibrada es fundamental en un momento en que Israel está tratando de controlar a Estados Unidos durante tres décadas más.
Israel podría intentar limitar la ayuda gastada en las empresas de defensa estadounidenses, canalizando más dinero a su propia industria de defensa.
Los críticos argumentan que la ayuda es excesiva y no representa la opinión pública estadounidense.
Una exigencia irritante: el lobby israelí presiona para un paquete de ayuda récord de 25 años
En una medida que ha provocado indignación y preocupación entre los contribuyentes estadounidenses, el lobby israelí está abogando agresivamente por un paquete de ayuda multimillonaria de 25 años por parte de Estados Unidos, lo que en la práctica cuadruplicaría el compromiso actual. El actual Memorando de Entendimiento (MOU) de 10 años por 38.000 millones de dólares entre las dos naciones, que proporciona 3.800 millones de dólares anuales en ayuda militar y financiación para defensa antimisiles, expirará en 2028. Sin embargo, voces influyentes dentro del lobby israelí están presionando para que se extienda y amplíe el acuerdo, uno que aseguraría casi 100.000 millones de dólares en ayuda durante el próximo cuarto de siglo.
La audacia de esta petición es asombrosa, sobre todo si se tiene en cuenta el contexto histórico del apoyo de Estados Unidos a Israel. Desde 1946, Estados Unidos ha proporcionado más de 328.000 millones de dólares en ayuda directa al Estado judío, una cifra que no incluye los billones de dólares gastados en guerras en Oriente Próximo, supuestamente para garantizar la seguridad de Israel. A pesar de esta inmensa inversión, el lobby israelí sigue insaciable y exige aún más del contribuyente estadounidense.
La presión para que se apruebe este paquete de ayuda sin precedentes no es sólo una cuestión de negociación financiera; es una medida estratégica para afianzar la relación entre Estados Unidos e Israel y protegerla de posibles cambios en el sentimiento político estadounidense. John Hannah, miembro destacado del Instituto Judío para la Seguridad Nacional de Estados Unidos, ha declarado abiertamente que el plazo de 25 años es necesario «para facilitar esa cooperación a largo plazo y para aislar la relación de futuros vaivenes e incertidumbres políticas de Estados Unidos».
Este lenguaje es una admisión apenas velada de que el lobby israelí está intentando asegurar un control financiero absoluto sobre el Tesoro de Estados Unidos durante las próximas décadas, sin tener en cuenta las prioridades internas ni la opinión pública. Las implicaciones son claras: al lobby israelí le preocupa más mantener su influencia sobre la política exterior de Estados Unidos que los intereses del pueblo estadounidense.
Sin embargo, algunos legisladores están dando la voz de alarma. Un senador republicano anónimo dijo a Jewish Insider que varios legisladores republicanos están siguiendo de cerca las negociaciones del MOU para evitar que los empleados aislacionistas del Pentágono interfieran. «Está en nuestro radar, a toda hora», dijo el senador. «Estamos trabajando en ello». Esta declaración, aunque velada, sugiere una creciente conciencia entre algunos en el Congreso de que las demandas del lobby israelí no están en sintonía con los intereses estadounidenses.
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