El niño camina entre los casquillos y los charcos de sangre seca.

Su dron escolar no ha llegado a recogerlo hoy, pues todos los maestros fueron ejecutados en la huelga.

Se dirige a una tienda que lo recibe con un charco de sangre por alfombra donde no hay quién atienda, ya no hay dueño, sólo su sombra tirada en el piso. Las pantallas marketineras de la tienda parpadean con anuncios de Elon Musk promoviendo viajes al espacio, pero el niño sabe que su madre no tiene ni para los créditos de oxígeno.

El aire huele a calibre 50 y a gasolina quemada de enjambres de drones. A lo lejos, un convoy de máquinas blindadas patrulla la ciudad en ruinas. Sale de la tienda y ve como un sicario cibernético arrastra cuerpos a un escáner de ADN: si nadie los reclama, serán reciclados en la fábrica de biofentanilo.

Deambulando, el niño recoge un visor roto y lo enciende. Un mensaje olvidado brilla en letras pixeladas, como si el mundo estuviera atrapado en un glitch sin final:

“El futuro es tuyo”.
“El futuro es tuyo”.
“El futuro es tuyo”.

 

# EDITORIAL
ANTES: “PIENSO, LUEGO EXISTO”
AHORA: “PIENSO, LUEGO ME DESAPARECEN…”
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# CRÉDITOS:
Autor: Doctor Jorge Alberto Lizama Mendoza. UNAM-México, 14 marzo 2025
Fuente Original: https://cybermedios.org
Fecha original de publicación:
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# REDES SOCIALES NO ATLANTISTAS

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