La clase más explotada ya no quiere expropiar al oligarca, ahora quiere posar como él en Instagram

Ni el capitalismo de ficción de Vicente Verdú propusó que se podía llegara a tanto: el obrero, el trabajador del dia a día, el explotado laboral ya no sólo vende su fuerza de trabajo: también vende una ilusión de victoria.

«Estoy en la casta baja de la endemoniada y másonica pirámide económica, pero si consigo aparentar que aún así tengo más que el vecino, el colega, el que pasa en la calle… entonces me creo una protesis de dignidad ante la medianoche del mundo.»

Y por eso en Instagram el albañil se transforma en CEO; el mesero es un “emprendedor serial”; y el jovencito empoderado sin empleo posa frente a un Audi financiado en 120 meses.

El sujeto precario y autoprecarizado se endeuda para impresionar a vecinos igualmente endeudados. Vive para mostrar que no vive como pobre, aunque lo sea.

Viajecitos postureros de folleto…

Comer en «buenos restaurantes gourmet»…

Comprarse ropita de «marca cara»…

¡PURAS Y REVERENDAS MMDAS¡

EL EFECTO: No ahorraron ni un centavo y están a 1 quincena de la indigencia.

 

Ser pobre es un bug que se corrige con deuda… hasta el último céntimo.

De los «Juegos del hambre» al juego imbécil del hambreado.

 

TODO EL MUNDO HABLA DE LA REVICTIMIZACIÓN, PERO NADIE, NI VERDÚ EN SU «CAPITALISMO DE FICCIÓN», PREVIÓ LA AUTO-REPRECARIZACIÓN.

# EDITORIAL
ANTES: “PIENSO, LUEGO EXISTO”
AHORA: “PIENSO, LUEGO ME DESAPARECEN…”

# CRÉDITOS:
Autor: Doctor Jorge Alberto Lizama Mendoza. UNAM-México, 6 abril 2025
Fuente Original: https://cybermedios.org
Fecha original de publicación:

# REDES SOCIALES NO ATLANTISTAS

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