Trump firma la controvertida ley Take It Down sobre IA, que traerá censura y extralimitación gubernamental

El presidente Donald Trump promulgó la Ley de Retirada de Contenidos con un apoyo bipartidista excepcional, criminalizando las imágenes íntimas no consensuadas (incluidos los deepfakes generados por IA) y exigiendo la rápida eliminación de contenido en la plataforma. Sin embargo, los críticos advierten que su lenguaje impreciso podría resultar en extralimitación y censura.

La primera dama Melania Trump defendió el proyecto de ley, realizando raras apariciones públicas y firmándolo simbólicamente. Su enfoque enmarcó la inteligencia artificial y las redes sociales como peligros para los niños, aunque su rol ceremonial generó cuestionamientos sobre las normas gubernamentales.

La aplicación de la ley imita la DMCA, permitiendo que acusaciones (sin pruebas) provoquen la eliminación de contenido. Los críticos temen que pueda suprimir la sátira, el periodismo o la disidencia, incentivando a las plataformas a censurar excesivamente para evitar sanciones.

El cumplimiento puede obligar a las plataformas a escanear mensajes privados, debilitando el cifrado y poniendo en peligro la seguridad de activistas, periodistas y usuarios, haciéndose eco de propuestas controvertidas anteriores como la Ley EARN IT.

Si bien combatir las deepfakes es un objetivo válido, el lenguaje amplio de la ley y la falta de garantías corren el riesgo de permitir extralimitaciones gubernamentales, una aplicación politizada y amenazas a largo plazo a las libertades digitales.

El presidente Donald Trump promulgó la Ley Take It Down el lunes 19 de mayo, lo que marcó una inusual victoria bipartidista en Washington. Antes de llegar a su despacho, la ley fue aprobada por ambas cámaras del Congreso con un apoyo abrumador.

Impulsada por la primera dama Melania Trump, la Ley Take It Down busca combatir la difusión de imágenes íntimas no consensuadas (NCII), incluyendo los deepfakes generados por IA (vídeos o imágenes realistas pero inventados). Penaliza la distribución de contenido explícito sin consentimiento y exige a las plataformas que retiren el material marcado en un plazo de 48 horas.

Pero aunque la ley se considera un triunfo para la seguridad en línea, los críticos advierten que su lenguaje impreciso podría sofocar la libertad de expresión, permitir la extralimitación del gobierno y sentar un precedente peligroso para la censura digital. Sus definiciones amplias, como «conducta sexualmente explícita» e «individuo identificable», dan pie al abuso. Los expertos legales temen que los memes satíricos, las parodias políticas e incluso el periodismo de investigación puedan verse involucrados en solicitudes de eliminación sin el debido proceso. 

Melania, quien rara vez participa públicamente en políticas públicas, se convirtió en la imagen del proyecto de ley, presionando al Congreso y apareciendo en la firma en el Jardín de las Rosas. El presidente la invitó a firmar simbólicamente la legislación, un gesto que resaltó su activismo, pero que generó dudas sobre la difuminación de los roles ceremoniales y gubernamentales. Los comentarios de la primera dama enmarcaron la IA y las redes sociales como amenazas para los niños, calificándolas de «dulces digitales» que pueden «moldear creencias e incluso ser mortales».

 

Libertad de expresión vs. protección digital

El mecanismo de aplicación de la ley refleja la controvertida Ley de Derechos de Autor del Milenio Digital (DMCA), que se ha utilizado para silenciar a los críticos bajo el pretexto de reclamaciones de derechos de autor. Al igual que la DMCA, la Ley de Retirada permite que las acusaciones, no las pruebas, den lugar a la eliminación de contenidos.

Las plataformas se enfrentan a sanciones por incumplimiento, lo que incentiva la censura rápida. Peor aún, la Comisión Federal de Comercio (FTC), una agencia con influencia política, supervisará la aplicación de la normativa, lo que conlleva el riesgo de sesgo partidista al decidir qué constituye contenido «perjudicial».

El debate se centra en el posible impacto de la ley en la mensajería cifrada. Para cumplirla, las plataformas podrían verse obligadas a escanear las comunicaciones privadas, lo que socavaría la seguridad de periodistas, activistas y usuarios comunes.

Esto evoca propuestas fallidas del pasado, como la Ley EARN IT, que pretendía debilitar el cifrado con el pretexto de combatir la explotación. Los críticos argumentan que la Ley Take It Down sigue la misma estrategia. Puede tener buenas intenciones, pero su ejecución puede ser peligrosa.

Si bien combatir la explotación de deepfakes es un objetivo legítimo, la ambigüedad de la ley y la falta de salvaguardias amenazan con erosionar la libertad de expresión y la privacidad. Como ocurre con muchas reformas bienintencionadas, la clave está en los detalles.

En este caso, los detalles podrían facultar a los reguladores para vigilar internet de maneras que van mucho más allá de su mandato original . La pregunta no es si las víctimas merecen protección, sino si esta ley las protegerá o simplemente se convertirá en otra herramienta de control.

FUENTE

https://www.naturalnews.com/

Deja un comentario