
NOTA MIA: con estos pobres estúpidos, con esta escoria mental que inunda las calles del mundo, la guerra vs el Bi-Level World digital ya está perdida por adelantado: Muchos se van al matadero por libre elección (Jorge Lizama)
Sam Altman y la máquina «orbe» que Worldcoin usa para escanear globos oculares.
Su empresa quiere escanear el globo ocular de toda la población mundial con un insólito aparato que han inventado y al que llaman “orbe”. Según dice, esta misión es vital para poder diferenciar a los humanos de los robots cuando las inteligencias artificiales lo invadan todo. Algo que ocurrirá más pronto que tarde a juicio de su fundador, Sam Altman, que resulta ser también el jefe del equipo que controla una de esas inteligencias artificiales que pueden hacerse pasar por personas por su capacidad de simular cómo nos expresamos, ChatGPT.
Pero aún queda el giro final, porque en este proyecto también hay criptomonedas. Es la recompensa para los que aceptan colocarse frente al orbe para que registre su iris y les otorgue un certificado de “humano”. La moneda del proyecto se llama también worldcoin y comenzó su cotización la semana pasada. La empresa consigue la información del globo ocular de cada voluntario por 25 worldcoins, que al cambio de este jueves son unos 54 euros. Más de 2.165.000 personas han considerado que es un buen negocio, según sus datos. También se podría decir que les han convencido de que es un buen negocio, porque la estrategia de la compañía se basa en captar globos oculares en centros comerciales.
Escáner de iris de Worldcoin. Patricia Garcinuño
Desde un stand con un par de máquinas “orbe”, varios comerciales interceptan a las personas que pasan para presentarles el proyecto. “¡Es un minutito solo! No te voy a vender nada”, lanzan a los que, ya acostumbrados a estas técnicas, les miran pero no detienen el paso. Es correcto, pues lo que van a hacer es comprar: para realizar la transacción de iris por criptomonedas lo único que hay que hacer es bajarse una app, aceptar la política de privacidad y colocarse 10 segundos frente al dispositivo.
Un captador de Worldcoin explica el proyecto a dos jóvenes en un centro comercial de Madrid. Cedida
“Hay personas a las que sí que les preocupa el tema de la privacidad y dónde va la información del iris, pero a otras no. Depende mucho”, explica a elDiario.es uno de los captadores de Worldcoin. “Me ha convencido súper rápido”, reconoce un joven de unos 20 años que acaba de pasar por el escáner. No conocía el proyecto aunque sí había invertido en criptos antes. Más por no quedarse fuera que por otra cosa: “No creo que tengan mucho futuro”.
España, campo de pruebas
Worldcoin echó a andar oficialmente la pasada semana, pero lleva presente en España más de un año. El país ha sido, junto a Portugal, el protagonista de la fase beta europea del plan de Worldcoin. Es el motivo por el que España suma más de 150.000 usuarios verificados como “humanos” a través de su iris. Están en seis grandes centros comerciales de Madrid, otros cuatro de Barcelona y uno en Palma, en Mallorca.

“En Europa empezamos porque yo soy portugués y estaba allí. También es un mercado propicio porque es pequeño, hay muchas personas que hablan inglés y es muy interesante en términos de early adopters [como se denomina a los primeros en saltar al barco de una nueva tecnología]”, expone Ricardo Macieira, manager regional de Tools for Humanity, la compañía matriz de Worldcoin. “El segundo país donde decidimos que teníamos que estar es España, porque es un mercado tan importante en el mundo tecnológico y tenía mucho sentido para empezar”, continúa en conversación con este medio.
Una voluntaria se somete al escáner de iris. Cedida
“En este momento España es nuestro mercado más fuerte a nivel europeo, con más crecimiento y con presencia en más ciudades”, continúa. La base de operaciones de Worldcoin en el viejo continente está en Barcelona, y desde hace poco menos de un mes capta usuarios también en Alemania, aunque a Macieira no le gusta demasiado este término: “Captación no es la palabra correcta. Nosotros damos acceso al orbe y educamos a las personas sobre nuestro proyecto, por eso trabajamos con socios locales”, afirma. Los socios locales son empresas especializadas en “marketing y gestión de personal”, continúa.
El iris y el “orbe”

El proyecto ha conseguido reclutar a un par de millones de usuarios durante su período de pruebas, pero ahora es cuando pretende acelerar de verdad. Una carta de Sam Altman y Alex Blania, su otro cofundador, supuso el pistoletazo de salida y el anuncio de que 15.000 nuevos escáneres de iris se enviarán en los próximos días a 30 nuevas ciudades. En España, Sevilla y Valencia se sumarán a la lista. “El camino será difícil y el resultado, incierto. Pero encontrar nuevas formas de compartir ampliamente la prosperidad tecnológica que se avecina es un reto fundamental de nuestro tiempo. Esperamos que se una a nosotros”, reza la misiva.
Pero ¿por qué el iris? ¿Por qué diseñar de cero una máquina nueva para ello? Es en este punto en el que Macieira profundiza más. Resumida, la versión de la empresa es: el iris es un rasgo biométrico muy difícil de modificar y que no va asociado a otros elementos de identidad (no tiene atributos congénitos, por ejemplo), mientras que su escáner procesa el globo ocular y lo asocia automáticamente a un número de identificación sin que la imagen del globo ocular salga del aparato. Esto último solo será así si el usuario lo pide, ya que la compañía solicita permiso para almacenar la información en sus bases de datos para mejorar la capacidad de reconocimiento del sistema.
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