Argentina aprueba «regalar» todos los recursos hídricos estatales a una empresa juLía

NO VEO A FEMBOY LAJE DENUNCIADO ESTO, NO VEO AL NEOLIBERRATA SALIR A DEFENDER A SU «PATRIA» (Lizama)

–

La empresa estatal israelí Mekorot, especializada en tecnologías de gestión hídrica, ha avanzado en su desembarco en Argentina. Lo hizo mediante convenios con 12 provincias, generando fuerte rechazo de organizaciones sociales, ambientales y de derechos humanos.

Distintas movilizaciones en diversas provincias argentina en contra de la empresa israelí Mekorot

Críticas por violaciones a los derechos humanos

Desde 2022, Mekorot firmó acuerdos con provincias como Santa Cruz, Chubut, Jujuy, Formosa, Mendoza y Río Negro a través del Consejo Federal de Inversiones (CFI). Estos convenios, en su mayoría opacos y sin consulta previa a las comunidades, comprometen aspectos clave como la fijación del precio del agua, el control de datos hídricos y el diseño de organismos regulatorios. La legislación que rige los contratos es británica, y los litigios se derivarían a tribunales en Inglaterra.

La empresa ha sido denunciada por utilizar el agua como arma de guerra en Palestina, negando el acceso a este recurso esencial a la población bajo ocupación. El control sobre los acuíferos compartidos y la destrucción de infraestructura en Gaza y Cisjordania han sido denunciados como formas de apartheid hídrico. En este contexto, las alianzas con provincias argentinas se presentan como parte de un modelo extractivista y colonial.

Campaña «Fuera Mekorot»

Organizaciones ambientales y en solidaridad con Palestina impulsan la campaña «Fuera Mekorot», en la que confluyen movimientos sociales, comunidades indígenas y agrupaciones sindicales. Denuncian la falta de transparencia, el riesgo de privatización del agua y la subordinación a intereses geopolíticos ajenos a la soberanía nacional.

La entrada de Mekorot se da en el marco de un gobierno que impulsa el extractivismo sin controles, favoreciendo intereses empresariales en detrimento de los derechos de las comunidades. La participación popular y el acceso a la información han sido vulnerados, al igual que el derecho al consentimiento libre, previo e informado de los pueblos originarios.

El agua es un bien común, no una mercancía. Permitir que una empresa denunciada por su rol en violaciones a los derechos humanos dirija la política hídrica de amplias zonas de Argentina es una amenaza a la soberanía, la justicia social y el derecho ambiental. La resistencia contra Mekorot es en defensa de Palestina, de todas las comunidades implicadas y también de un futuro justo y sostenible.

–

FUENTE Y LEER COMPLETO EN