
NOTA: Me niego a decirle CDMX, porque quiero, no hay mas explicación.
Querido y respetado Alf, publico su crónica que vivió en el DFctuoso. Una completa perdida de tiempo. Si yo hubiera estado, lo hubiera llevado a otros lugares, pero no me adelanto ni interrumpo su misiva, que parece un guión ROAD MOVIE para cine.
YURI BEZMENOV LLAMARÍA A ESTO: FASE 7 DE DESMORALIZACIÓN AGUDA.
Inicio
MR. ROAD MOVIE MAN creía que llegaba a una metrópolis: capital cultural, eje político, ciudad de museos, teatros y calles con historia. Venía con la ilusión de un viajero que imagina orden, normalidad, cierta compostura urbana. Pero desde el primer paso se encontró no con ciudadanos sino con fauna urbana depredadora, gente gritando, gente pidiendo dinero, gente haciendo todo de mal humor… cada esquina es ya una emboscada.
Aeropuerto Benito Juárez:
Aquí el viajero culto descubre que la Terminal 2 de historias de balaceras y de un hapenning involuntario: un carnaval de sudores, pantuflas y selfies. La sociedad del espectaculo región 4 alertada por Guy Deborg
Todo el tiempo están arreglando o desarreglando en la terminal 2. El área para recoger al pasaje que llega por la salida 4 estaba REPLETO de carros que se estacionan donde quieren y el tiempo que quieren. La revisión de “seguridad” fue ágil pero todos con cara de shit, muchísima gente corriendo, tragando, hablando en voz alta y lo peor de todo eran las fachas de la mayoría para llamar la atención, por ejemplo: muchos como si estuvieran en pijama; mujeres gordas usando ropa entallada;, miles con audífonos y celulare; mujeres mostrando sus cirugías “estéticas” en trasero, busto y cara; otros cargando cuanta maleta, bolsa y cajas podían llevar y un largo etc. de cosas bizarras.
–
–
Bellas Artes, ballet folklórico Amalia Hernández:
Aquí el viajero descubrió que lo que debería ser un ritual estético se ha convertido en karaoke de cantina: el público se cree protagonista y la ovación estridente se volvió la verdadera coreografía nacional. El más odiado por la generación del mayo del 68 en Francia (un mayo del 68 muy julío, pro cierto), Pasolini, tenía razón: la civilización del espectáculo no eleva, rebaja.
En este tipo de eventos masivos la gente no suela disfrutar en silencio (y de manera individual) lo que ve, escucha o siente sino que tienen que literalmente berrear y llamar la atención de los demás. Durante los bailes de Jalisco y Veracruz (principalmente) mucha gente se la pasaba gritando, aplaudiendo o “cantando” como si estuvieran en un concurso de quien lo hacía peor. Lo más asqueroso fue cuando la gente gritaba “Viva México».
–
–
Sanborns los azulejos:
Aquí el viajero, el road movie man, descubre que un gran palacio virreinal ha terminado convertido en templo de Club Sándwich Nacional. La azulejería barroca agoniza entre salsa Valentina y meseras exhaustas. Una joya novohispana reducida a fonda de selfies, postureros metropolitanos cool y culturales.
Impresionante la cantidad de seres que estaban a 2 cuadras de este restaurante sobre la Av Francisco I Madero rumbo a Simón Bolivar, literalmente era una marabunta de gente apretadas y caminando sin rumbo. El restaurante totalmente lleno en sus dos niveles con fila de espera para entrar. La recepcionista y las meseras no fueron groseras pero tenían cara de hartazgo por tener que atender, limpiar y cobrar a tanto cabrón hambriento.
–
–
Carpa Santa Fe:
El ROAD MOVIE MAN descubre los excesos del capitalismo mágico: adultos disfrazados de niños perpetuos pagando mil PUTOS pesos por un palo pintado. Disneylandia con sotana de Hogwarts, mientras afuera un albañil gana lo mismo en tres días de lodo real.
Museo interactivo con tema de Harry potter. Aclaración: no soy fan de estas cosas MIERDAS (corrección mía, espero el autor no se moleste) pero fui con una amiga y esto yo lo tomo como un estudio antropológico.
Todos los que trabajan ahí fingiendo un papel que no les queda de otra., indicando reglas estúpidas, fingiendo amabilidad, empatía y gusto por lo que “tienen” que hacer por unos pesos de sueldo. Gente disfrazada con atuendos de Harry potter y un tipo hablando en voz alta llamando la atención quien irónicamente nos dió las gracias por pasar enfrente de el cuando le estaban tomando unas fotos. El área de souvenirs vende basura a precios exorbitantes pero lo mas terrible es que la gente compra esa basura. ¡NO ACEPTAN EFECTIVO EN LA TIENDA! Una varita de Harry cuesta $1,000 pesos (por un trozo de madera).
–
–
Plaza Santa Fe (Nota mía, no se vaya a enojar, ROAD MOVIE MAN, pero sólo un ojete lo lleva a Plaza Santa Fe como esencia del DFctuoso:
El shopping como nueva liturgia: altares de consumo donde se ofertan botas de 35 mil pesos al lado de perfumes que prometen eternidad. Baudrillard sonreiría: el simulacro del lujo reemplaza cualquier noción de realidad. Santa Fe no es una plaza, es una bacinica posmoderna del simulacro.
Este centro comercial ya no impresiona porque las tiendas se encuentran en todas las ciudad grandes del país (como Mérida). Entramos a palacio de hierro (porque no hay en mi ciudad) y hubo 2 cosas que me impactaron: uno fue ver los precios de zapatos, botas y sandalias para mujeres que llegan a costar hasta $35,000 pesos por unas botas y unas sandalias que parecen de Tepito cuestan $5,000 pesos. Lo segundo que llamó mi atención fue una “señora” (si es le puede llamar así) que estaba en el área de cremas y perfumes, como con 110 años de edad, con la cara totalmente sin expresión, exageradamente estirada de tanta cirugía y con el pelo teñido de rubio con un peinado que parecía que explota algo en su cara y le quedo el cabello parado como electrificado, algo muy bizarro.
–
–
Museo Tim Burton:
La angustia gótica y marketinera de Burton domesticada en formato de tienda. Lo oscuro vuelto souvenir fosforescente: lo siniestro al servicio del merchandising. INDUDABLEMENTE, la melancolía pasa obligadamente por una tarjeta de crédito.
Exposición de este personaje de diversas películas que ha hecho y que tampoco me gusta pero también fue parte del estudio antropológico. Una tipa gorda te da la bienvenida y te explica con una asquerosa amabilidad fingida las “reglas” del lugar. Unos de los que cuidan las áreas me llamo la atención por abrir una puerta que no debía según ellos. El área de souvenirs vende mucha basura a precios exorbitantes pero lo mas terrible es que la gente compra esa basura. ¡NO ACEPTAN EFECTIVO EN LA TIENDA!
–
–

Coyoacán:
BOLLERA Frida convertida en llavero (no lo veo mal) y la bohemia ahora en circos de limosnas. El arte se volvió souvenir de baratijas y el trovador con la guitarrita te ve como un cajero automático, no como ser humano. El lugar que un día albergó a Rivera y a Trotsky (EL JULIO GENOCIDA Y COBARDE) hoy es feria de mendicidad creativa.
Al entrar al área de artesanías un engendro vigilante nos dijo que no podíamos entrar del lado izquierdo ya que la entrada era del lado derecho (se quedó esta práctica de la pLAndemia).
Muchas “gente” cantando o tocando sus instrumentos como si fuera el festival de Eurovisión y al final te piden dinero. Esto lo hacen al frente de los restaurantes y desde ahí te piden ayuda monetaria. En la parroquia San Juan Bautista entra medio mundo pidiendo limosna por la razón que sea.
–
–
Teatro Telcel el Rey león:
Señor ROAD MOVIE MAN, quien lo lleva al Teatro Telcel a ver el Rey León no es cultura heroica, es un MK-ULTRA del Siglo XXI.
Broadway tropicalizado: la selva africana domesticada por Interlomas. Rugidos en Dolby Surround y cerveza de 200 pinches pesos. La épica de Disney transformada en kermés millonaria, donde aplaudir se volvió deporte nacional.
Venta de licor a diestra y siniestra, como si fuera un bar o una cantina.
Al iniciar la entrada en el área que nos correspondía yo le comenté a la recepcionista que no había fila y una tipa de manera irónica (y como si no tuviera asientos ya determinados) comentó “ya escuchaste a este, que dice que no hay fila”. Durante la función muchos engendros se ponían a aplaudir o a gritar para demostrar sus “emociones”. Para esto en ninguna obra de teatro a las que he asistido al df permiten tomar fotos o filmar (en tanto que en conciertos de todo tipo de artistas esta permitido). Esto lo comento porque al final de la función parece ser que uno de los vigilantes se acercó a uno de los espectadores para decirle que había filmado y este zombie reaccionó GRITANDO que “ya me fregaste la noche, tan contento que estaba y tú ya nos fregaste la noche…” Asimismo se sentó junto a mi una tipa que iba con un pantalón color verde, mega ajustado, de tela tipo plástico con un par de traseros del tamaño de un sillón individual que parecía una piñata de picos.
–
–
Desierto de los leones (sábado):
Aquí el viajero se da cuenta que han pasado los años y el monasterio a derivado en gran parte en romería: el silencio de los frailes sustituido por ciclistas fluorescentes y meseros que a gritos venden birria y chelas, siempre chelas, todo el tiempo. El desierto ya no es de los leones, es de los altavoces humanos.
Para llegar a donde esta el monasterio se pasa una serie de curvas y subidas donde transiten miles de ciclistas y miles de corredores que les vale que pasen carros ya que ellos están como si estuvieran en reforma o Polanco cuando hacen la bici ruta.
El dueño de un restaurante GRITA para atraer a clientes, si, literalmente lo que dice lo hace GRITANDO, creo el lugar se llama El león dorado. Un familia como de 10 chinos estaban haciendo pic nic y llevaron una cantidad enorme de bolsas de donde sacaban comida, utensilios, manteles, etc etc la verdad que flojera.
–
–
Obra de teatro, «Las leonas»:
SEÑOR, ROAD MOVIE MAN, esto es estoicismo puro de su parte, muchos no aguntaríamos ni 10 minutos.
El feminismo convertido en sketch televisivo: teatro de catarsis pagada donde se caricaturiza al macho mexicano mientras se vende alcohol como en antro de viernes. La liberación prometida por los Soros, reducida a slogan: “todas somos leonas”.
Venta de licor a diestra y siniestra, como si fuera un bar o una cantina.
Obra 1000% feminista donde sale Angélica Aragón, Lupe Jones, etc. Aquí atacan siempre a los hombres golpeadores, panzones, borrachos, infieles, promiscuos, etc. Los 5 personajes son mujeres y 4 de ellas cuentan lo que le han hecho los hombres. Al final la Aragón habla al publico y hace que las mujeres del publico griten que son unas leonas todas. Para vomitar esto último.
–
–
Calle Liebnitz cerca de Polanco:
Aquí el viajero recuerda melancólicamente a la Carabina de Ambrosio como soundtrack urbano. El amanecer capitalino es kitsch puro: un moto, un zombie, un valemadrismo en el barrio más juLío de A.L. ¡Qué buen inicio de jornada¡
Son las 8:30 de la mañana, salimos a desayunar y sobre esta calle escuchamos música a todo el volumen que se pueda y era un zombie en una moto enorme, escuchando música tipo barrio pero lo peor es que tenia puesta un casco con un forro amarrillo de la pajara peggy del programa de antaño La Carabina de Ambrosio. ESPANTOSO.
–
–
Tráfico
ROAD MOVIE MAN ve algo distinto: en el DFctuoso nadie conduce: todos embisten. Gladiadores con volante, motociclistas como enjambres kamikazes. El tráfico no es transporte: es arena de circo romano. Y el DF, como Roma decadente, aún cree que este caos es modernidad.)
Usted sabe bien de esto, TODO el mundo conduce de una manera 100% a la defensiva, salvaje, acelerados. Aquí nadie pide permiso para nada cuando conduce, solo usan las lucecitas y eso es suficiente.
Aquí nadie insulta o le grita a nadie porque todos son iguales al volante.
Y que decir de los salvajes motociclistas que se meten en cualquier espacio de cualquier vía o paso a desnivel. Las calles llenas de baches, irregulares. El contraste en partes de Polanco, Mazaryk, Santa Fe, Reforma, etc es abismal.
–
–
Epílogo
Al final del recorrido, ROAD MOVIE MAN entendió que no había viajado a una ciudad, sino a un naufragio: el naufragio cultural silencioso de un país que convirtió sus templos en food courts, sus museos en tiendas de souvenirs y su folklore en karaoke de cantina. Creyó que iba a encontrar normalidad, pero halló circo y mercadería; esperaba civilidad y encontró bestias al volante; imaginaba arte y halló varitas de mierda de Harry Potter en mil varos. El viajero se despide con una certeza amarga: México ya no vive en su capital, la sobrevive.
Y el DF —ese infierno disfrazado de metrópolis— no es ya un lugar que se visita: es una advertencia que se sufre.
–
–
AUTOR: Alfie, vive en algún lugar cercano al Atlántico
Alfie = ROAD MOVIE MAN
(Gracias por compartirme la crónica real y por dejarme publicarla)