Soros ordena que Tokio debe vivir el regalo de la multiculturalidad y los amuletos de inimputabilidad


La isla que durante décadas fue el ejemplo de homogeneidad, disciplina y “resistencia cultural” al globalismo. Pues bien, ahora su gobernadora sale con la ocurrencia de importar miles de inmigrantes egipcios.

¿El motivo? Oficialmente, ninguno convincente. No hay escasez de mano de obra en Tokio, de hecho ya es la ciudad más poblada del planeta. Así que descartemos la versión Disney de “hacen falta trabajadores para sostener la economía”.

Entonces, ¿qué queda?

Queda el libreto que todos conocemos: ingeniería social importada desde las cancillerías del mundo bienpensante, aplaudida por la ONU, financiada por las mismas fundaciones “filantrópicas” de siempre, y promovida por políticos que parecen más empleados de Soros que representantes de su propio pueblo.

Japón llevaba años esquivando la bala del multiculturalismo forzado. Pero a la larga, el casino global no admite desertores. Si hasta la nación más hermética de Occidente termina abriendo las compuertas, es porque el guion así lo exige.

¿De verdad alguien cree que en una megalópolis como Tokio, donde millones ya viven en cajas de zapatos y el metro es un hormiguero humano, lo que falta son inmigrantes?

No.

Lo que falta es docilidad.

Y eso se fabrica mezclando poblaciones, rompiendo cohesión, diluyendo identidades y generando caos controlado.

La jugada es siempre la misma:

  1. Te invento una “necesidad” (falta de mano de obra, solidaridad internacional, bla bla).
  2. Te meto a miles de personas culturalmente incompatibles.
  3. Declaro que el que proteste es un facha, xenófobo o un peligro para la democracia.

Y ya está, otra sociedad fragmentada, más fácil de gobernar desde arriba.

En resumen: Una CHARO gobernadora japonesa, jugando a ser Macron con kimono, visitando a sus “amigos” de las fundaciones globales y poniendo la primera piedra para convertir Tokio en otro experimento multicultural.

Porque en el fondo da igual París, Berlín o Tokio: la obra es la misma y los actores secundarios, también.

FUENTE

Burbuja.info

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