China apuesta por rescatar a Maduro de los EE.UU. a cambio de depredar la economía venezolana

Esta es la historia, la esencia misma del perverso Foro de Sao Paulo: me alejo del imperialismo atlantista-sionista (AZUL Y BLANCO); a cambio, me uno al imperialismo turco-chino (ROJO Y AMARILLO) que igual va por mis recursos pero, a cambio, legitima mi dictadura platanera y me deja follarme y narcohumanizar a mi país y a sus aldeanos a como se me pegue la gana.

Es la historia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y ya casi de México (Lizama)

Mientras el gobierno de Estados Unidos continúa demostrando su poderío militar y económico a nivel mundial, se está produciendo un cambio silencioso pero profundo en su propio territorio. Mientras Washington centra su atención en los conflictos de Europa del Este y el Mar de China Meridional, en Latinoamérica florece una alianza estratégica que amenaza con desmantelar décadas de dominio estadounidense en el hemisferio.

China, con su paciente y calculadora estrategia económica, tiende un salvavidas al régimen venezolano de Nicolás Maduro, forjando un vínculo que no solo socava las sanciones estadounidenses, sino que también establece una poderosa base de apoyo para Pekín en el hemisferio occidental. Esta jugada va más allá de un acuerdo comercial; es una maestría en el juego del poder global, que revela los cimientos resquebrajados de un imperio estadounidense construido sobre la coerción y la imperiosa necesidad de una nueva política exterior basada en la paz y el beneficio mutuo, no en las amenazas y la violencia.

 

Puntos clave:

China y Venezuela han anunciado un acuerdo comercial sin aranceles que abarca aproximadamente 400 categorías de productos, una medida que, según advierten los expertos, diezmará la industria local venezolana.
El pacto se considera un desafío directo a los esfuerzos de Estados Unidos por aislar económicamente a Venezuela mediante sanciones y se produce en medio de un importante despliegue naval estadounidense en la región.
Gordon Chang, experto en estrategia comercial china, afirmó que el acuerdo fortalece «el control de China sobre Venezuela» y permite a Pekín «apoderarse» efectivamente de su economía.
El gobierno venezolano, que enfrenta una intensa presión de Estados Unidos, se caracteriza por tener «pocas opciones» más que aceptar la oferta de supervivencia de China.
Los analistas concluyen que, si bien China puede brindar apoyo económico y propagandístico, carece del poder militar en la región para oponerse directamente a la intervención estadounidense.

Una toma de poder calculada disfrazada de ayuda

El nuevo pacto de no aranceles entre Pekín y Caracas, presentado como cooperación económica mutua, es en realidad un acuerdo predatorio que sella el destino de Venezuela como estado cliente. Gordon Chang, experto en las ambiciones comerciales globales de China, expuso la cruda realidad en Fox News . «Todo apunta a que China se apoderará por completo de la economía venezolana», advirtió Chang. «Destruirá la industria local de Venezuela».

La dinámica es brutalmente unilateral. Venezuela, una nación bendecida con inmensos recursos naturales, se ha visto reducida a una mera bomba de petróleo para el gigante chino, exportando crudo e importando casi todo lo demás. Este acuerdo garantiza que cualquier incipiente industria manufacturera venezolana se verá asfixiada bajo una avalancha de productos chinos baratos y subvencionados por el Estado, creando un ciclo permanente de dependencia del que Caracas quizá nunca pueda escapar. Esto no es ayuda; es colonización económica, y se está produciendo con el consentimiento desesperado de un régimen aferrado al poder.

La desesperada jugada de Maduro a la sombra de las armas estadounidenses
El contexto de esta creciente alianza sino-venezolana es una drástica escalada de la presión militar estadounidense. El presidente Donald Trump ha adoptado una política de «tolerancia cero» contra el narcotráfico, una acusación que su administración dirige directamente al gobierno de Maduro. En una demostración de fuerza inequívoca, la Armada estadounidense ha desplegado su mayor buque de guerra, el USS Gerald R. Ford, en el Comando Sur de Estados Unidos. Este colosal portaaviones, acompañado por un formidable grupo de ataque de destructores y miles de marineros, patrulla ahora aguas cercanas a Venezuela. Para el gobierno de Maduro, esto no se trata de narcotráfico; es el inconfundible pretexto de un cambio de régimen. Chang explicó la difícil situación de Maduro con escalofriante claridad: «Se da cuenta de que tiene un problema en la figura de Donald J. Trump. Hay un portaaviones estadounidense cerca de sus costas y una gran cantidad de recursos militares presionándolo. Necesita un aliado, y está desesperado». Ante la coerción estadounidense, Maduro recurre a la única potencia dispuesta y capaz de ofrecerle protección económica: China.

Los límites del poder chino y la encrucijada estadounidense
Si bien China puede ofrecer un salvavidas económico, su capacidad para proyectar poderío militar en América sigue siendo limitada. Chang señaló que China “no puede proyectar fuerza militar en la región. Todo depende de lo que haga el presidente Trump. China no tiene la fuerza militar para oponerse a una intervención estadounidense si Trump decide intervenir”.

Esto representa una coyuntura crítica para la política estadounidense. La actual senda de sanciones y bloqueos navales fue precisamente lo que creó el vacío que China llenó. Esta postura agresiva, que reproduce las mismas estrategias fallidas empleadas contra Rusia y que se están preparando para China, no hace sino acelerar la formación de un mundo multipolar hostil a los intereses estadounidenses. El surgimiento de este nuevo bloque estratégico es consecuencia directa de una política exterior que se basa en la violencia, la amenaza de violencia y armas económicas como las sanciones. Existen miles de estas sanciones en vigor, una enorme burocracia de control que castiga a las naciones por desafiar la voluntad de Washington.

Sin embargo, el pacto entre China y Venezuela es una clara advertencia de que las potencias mundiales no temen a Estados Unidos y se están movilizando contra este país en su propio patio trasero.

FUENTE

https://www.naturalnews.com/

Deja un comentario