Título: Blue Quiet Drops

El martes pasado, sin planearlo, llegué por la tarde a una desolada laguna, la cual dejaba ver una lancha a la deriva bajo un cielo azul rayado, cargado de estallidos. La lancha no tenía párpados, ni pupilas ni cejas; no obstante, sentía que me miraba buscando compasión.

La narrativa de la imagen me gustó tanto que decidí quedarme un buen rato disfrutando del paisaje, también aproveché para tomar una foto con técnica HDR en 5 exposiciones.

Al llegar a casa y juntar las cinco exposiciones me di cuenta que la imagen tenía una esencia que merecía un tratamiento especial, decidí que ganaría más en atmósfera si le agregaba un filtro azul plateado; luego, pensé que si le agregaba un poco de animación al agua que rodeaba a la lancha le haría justicia de alguna forma a todo lo que presencié.

PD: Además de la belleza de sus elementos y narración, haber sido testigo de este atardecer y correspondiente fotografía me han dado el mayor placer autotélico en mucho tiempo (Autotélico, “se refiere a una actividad que se contiene en sí misma, que se realiza no por la esperanza de algún beneficio futuro, sino simplemente porque hacerlo es en sí la recompensa”).

PD: Muy cierto que la fotografía tradicional ofrece muchas ventajas en relación a los formatos digitales; pero sin los bits, la textura de las nubes y el movimiento del agua de la laguna serían imposibles de lograr. No tengo duda de cuál es mi elección.

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Doctor Jorge Alberto Lizama Mendoza, 25 de junio de 2009

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