Las sospechas varían desde un simple y llamativo lavado mediático superficial de la estropeada libertad de información mundial para demostrar que la democracia concebida por EEUU y Occidente es tan sólida que se permite tolerar críticas, en apariencia de gran envergadura pero que en el fondo no rebalsan la tradicional chismografía diplomática ya conocida pero que deja incólume a Israel, no alude la guerra secreta de EEUU en Pakistán y se saltó el episodio de la invasión de Líbano en 2006, incluida la derrota de Israel por Hizbulá, entre otros asuntos importantes.
Por añadidura, distrae la atención de la gente relativamente informada y pensante -que no abunda en el planeta- frente a los abiertos preparativos de nuevas guerras que están en las mentes de los gobernantes estadounidenses. Una guerra que podría estallar en Corea y/o Irán. O sea, WL sería otro show mediático a escala global con patrocinios muy oscuros que analistas de la talla del canadiense Michel Chossudovsky y publicaciones tan serias como Global Research, entre otros periodistas y medios, sitúan en Israel, la banca Rosthchild, la familia Rockefeller, el millonario George Soros, la propia CIA y otras instancias de poderes fácticos mundiales.
Lo primero que salta a la vista es el espaldarazo de WL a algunos grandes diarios que se hallaban próximos al rigor mortis. Ocurre que para saber qué dicen los 250.000 papeles del departamento de Estado no queda otro camino que seguir atentos al goteo diario de revelaciones de El País de España, el New York Times, el parisino Le Monde, el británico The Guardian y la revista alemana Der Spiegel, publicaciones insertas en poderosos intereses mediáticos globales. El atenuante es que no habría otro camino porque Assange previó que el sitio www.wikileaks.org sería bloqueado y cerrado, cuestión que no ocurrió tras las anteriores liberaciones masivas de documentos sobre Afganistán e Irak.
El canal informativo elegido por WikiLeaks para difundir los papeles de la política exterior de EEUU fortaleció a nivel planetario a los grandes medios instrumentales de los designios del imperio, como el NYT y El País que agonizaban en el mayor descrédito por su contumacia en fabricar propaganda disfrazada de noticia. La condición de intermediarios exclusivos -obsequiada por Julian Assange- entre los 250.000 papeles filtrados y el público equivale a un poderoso tónico de credibilidad que está creando la ilusión de un aparente tránsito de regreso de esos medios desde la propaganda pro estadounidense desenfadada al periodismo de verdad que alguna vez nos hicieron creer que cultivaban. Y el grueso del público no tiene otra forma de conocer los wikileaks, porque los numerosos sitios espejo únicamente cuelgan lo que ya apareció en los medios elegidos. Ya se supo que esos medios negociaron largamente con Assange y que antes pusieron en conocimiento del departamento de Estado los cables “más peliagudos”. Además, se tomaron la libertad de darles una nueva redacción a muchos mensajes originales, tacharon nombres “por razones de seguridad” y muchos mensajes, simplemente decidieron no publicarlos nunca, por estimarlos demasiado “sensibles”.
Entre los cables que esos grandes medios deciden que deben darse a conocer al común de los mortales tienen prioridad aquéllos cuyo contenido chismoso permiten al New York Times y a El País dar una nueva redacción a los textos originales y “sacarles punta” a fin de lesionar la imagen de países como Irán, Venezuela, Cuba, Bolivia, etc. Entonces, en una era en que la guerra también es mediática, cultural y psicológica, ¿de qué libertad de información se está hablando? Los grandes medios depositarios de los secretos de Wikileaks no han cambiado su carácter pro estadounidense. Tampoco han regresado al periodismo de verdad, o por lo menos a aquel que reveló sin autocensura ni censura previa, Los Papeles del Pentágono de los años 70, que no se entregaron antes al departamento de Defensa para que hiciera su propia evaluación previa. ¿Por qué Assange ignoró a importantes medios latinoamericanos como La Jornada de México y Página 12 de Buenos Aires y dejó a 500 millones de hispanoparlantes a merced del monopolio mediático autocensurado del grupo español Prisa, dueño de El País y signado por su propia línea editorial y sus intereses culturales y políticos globales, como propietario transnacional de grandes medios, radioemisoras y editoriales de libros en diferentes países hispano parlamentes, incluido EEUU?
Los cables de Julian Assange/WeakeLeaks (WL) difundidos por los diarios The New York Times, ElPaís, The Guardian, Le Monde y la revista Der Spiegel excluyen a Israel pero aluden de preferencia a gobiernos “hostiles” a la política exterior de EEUU, como Corea del Norte, Irán, China, Rusia, Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y otros, destacó el periodista canadiense Michel Chossudovsky en un extenso análisis en Global Research, cuyo título pregunta ¿Quién está detrás de WikiLeaks? (1).
Organizaciones progresistas, personalidades políticas y publicaciones de izquierda de todo el mundo elogiaron el trabajo de WL, brindándole extenso apoyo y cobertura. Las filtraciones se tipificaron como una victoria sobre la censura de los grandes medios corporativos. Pero ahora surgen voces que cuestionan los nexos de WL con campeones de la desinformación y la propaganda de guerra, como TheNew York Times, y destapan antiguas relaciones WL-Fredom House, entre otras vertientes poco conocidas de la peculiar organización de Julian Assange.
Diferentes voces críticas resaltan que no haya aparecido un solo cable redactado en la Embajada de EEUU en Jerusalén. También recuerdan que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel había «tomado la iniciativa» para limitar los daños causados por las fugas, y añadió que «no hay ningún documento israelí confiable que haya sido revelado por Wikileaks» (2). Asimismo, el premier fue presentado por Assange como «un héroe de la transparencia y la apertura», en una entrevista en revista Time (3). El fundador de WL elogió a Netanyahu como «un modelo de líder mundial que cree que la publicación de los documentos ayuda a la diplomacia internacional» y que «no es políticamente ingenuo (…) Él entiende lo que dice!» El propio primer ministro afirmó que las revelaciones eran «buenas para Israel».
En otro antecedente, Zbigniew Brzezinski, consejero de Seguridad Nacional de Jimmy Carter y fundador de la Conferencia Trilateral en los años 70, dijo: “Lo importante es saber quién está engordando a Wikipedia con este asunto… Wiki… Wiki…. Wikileaks, quiero decir”. Curiosamente, los contenidos de la Wikipedia sobre Israel también se cuestionan como marcadamente sionistas y sesgados con respecto a Palestina (4).
¿Quién paga la música?
Los grandes medios se conectaron temprano con los promotores del sitio WL cuando aún era proyecto. En enero de 2007, WL solicitó asesoría a Freedom House (FH) -ONG con sede en Washington que se autodefine como «organización de control de los gobiernos que promueve la libertad en el mundo»- y le ofreció un asiento en la junta de asesores. Un e-mail de WL a FH -citado por Chossudovsky- dice: «Buscamos uno o dos miembros para la junta -procedentes de FH que nos aconsejen en lo siguiente: 1) Las necesidades de FH como receptáculo de filtraciones que denuncien corrupción política y comercial; 2) Las necesidades de fuentes de filtraciones según la experiencia de FH; 3) Recomendaciones de FH de otras personas que puedan ser miembros de la junta de asesores; 4) Recomendaciones generales sobre financiamiento, desarrollo de alianzas, operaciones descentralizadas y contexto político» (WikiLeaks, Leaks, enero 2007).
WL también contactó a varias fundaciones corporativas en busca de fondos. El eje de su red de financiamiento es la organización alemana Wau Holland Foundation. «Estamos registrados como una biblioteca en Australia, como una fundación en Francia, como un periódico en Suecia», dijo Assange. WL está asociada en EEUU con dos organizaciones caritativas que gozan de exención de impuestos, conocidas como 501C3, que «sirven de fachada» para el sitio web, agregó. No ofreció los nombres diciendo que «podrían perder alguna fuente de financiamiento por sensibilidad políticas». Assange asegura que cerca de la mitad de los fondos WL provienen de donaciones modestas conseguidas por el sitio web, y la otra mitad de «contactos personales» , incluyendo «gente millonaria que nos contacta por iniciativa propia…» (WikiLeaks Keeps Funding Secret, WSJ.com, 23 de agosto, 2010). Chossudovsky sugiere que tras esa “gente millonaria” podrían estar poderes fácticos del mundo financiero que tienen su propia agenda de intereses.
La familia Rockefeller
El autor llamó a observar la afinidad de los socios de Assange en el NYT con el Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations, CFR), llamado también “la cara oculta del poder global” o “el gobierno mundial invisible”, con unos 3.600 miembros que operan en la sombra, grupo selecto influido por grandes banqueros y, entre otros factores de poder, la familia Rockefeller.
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Leer el artículo completo en el sitio de PORTAL LIBERTARIO OACA (link)
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