El COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la nación, emocional, física y económicamente, pero aún hay mayores peligros en el horizonte.
Ahora se habla de pruebas masivas de anticuerpos contra el COVID-19, puntos de control, rastreo de contactos, pasaportes de inmunidad para permitir a los que se han recuperado del virus moverse con más libertad, y líneas de denuncia para informar a las autoridades de los «infractores de las reglas».
Estos pueden parecer pequeños pasos necesarios en la guerra contra el virus COVID-19, pero sólo son necesarios para el estado policial en sus esfuerzos por socavar aún más la Constitución, extender su control sobre la población y alimentar su insaciable apetito por poderes cada vez mayores.
Cualesquiera que sean las prácticas peligrosas que usted permita que el gobierno lleve a cabo ahora -ya sea en nombre de la seguridad nacional o de la protección de las fronteras de Estados Unidos o de hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable-, estas mismas prácticas pueden y serán utilizadas en su contra cuando el gobierno decida poner sus miras en usted.
La guerra contra las drogas resultó ser una guerra contra el pueblo americano, librada con los equipos SWAT y la policía militarizada.
La guerra contra el terrorismo resultó ser una guerra contra el pueblo americano, llevada a cabo con vigilancia sin orden judicial y detención indefinida.
La guerra contra la inmigración resultó ser una guerra contra el pueblo americano, librada con agentes gubernamentales itinerantes que exigían «papeles, por favor».
Esta guerra contra COVID-19 será otra guerra contra el pueblo americano, librada con todo el armamento de vigilancia a disposición del gobierno: cámaras de imágenes térmicas, drones, rastreo de contactos, bases de datos biométricas, etc.
Cuando se habla de facultar a los agentes del gobierno para vigilar a la población con el fin de controlar y prevenir la propagación de este virus, se habla de crear una sociedad en la que las tarjetas de identificación, las redadas, los puestos de control y los centros de detención se conviertan en armas de rutina para controlar y reprimir a la población, sin importar la amenaza.
Así es también como se prepara el camino para un sistema de identificación nacional de proporciones épicas.
Imagínalo: un sistema de clasificación nacional que no sólo te clasifica según tu estado de salud, sino que también permite al gobierno clasificarte de otras cien maneras: por género, orientación, riqueza, condición médica, creencias religiosas, punto de vista político, estatus legal, etc.
¿Ya estás empezando a tener una visión más amplia?
Esto es sólo otro lobo disfrazado de oveja, un esquema de «muéstrame tus papeles» disfrazado como un medio para luchar contra un virus.
No caigas en la trampa.
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The Worst Is Yet to Come: Contact Tracing, Immunity Cards and Mass Testing