La controvertida Clearview AI ha donado benévolamente su software de reconocimiento facial a Ucrania para que lo utilice para identificar a los invasores rusos, tanto vivos como muertos. Este puede ser el primer caso en el que se utiliza el rostro de una persona como arma de guerra y no augura nada bueno para futuros conflictos bélicos. Clearview extrae imágenes de las redes sociales y de Internet para mantener el mayor repositorio de rostros del mundo. ⁃ Editor de TN
¿A quién pertenece tu cara? Podrías pensar que a ti, pero ten en cuenta que Clearview AI, una empresa estadounidense que vende tecnología de reconocimiento facial, ha acumulado una base de datos de diez mil millones de imágenes desde 2020. Para finales de año, planea haber raspado 100.000 millones de imágenes faciales de Internet. Es difícil evaluar las afirmaciones de la empresa, pero si tomamos Clearview AI al pie de la letra, tiene suficientes datos para identificar a casi todos los habitantes del planeta y acabar con la privacidad y el anonimato en todas partes.
Mientras lees estas palabras, tu rostro está haciendo dinero para personas que nunca has conocido y que nunca pidieron tu consentimiento cuando tomaron tu huella facial de tus perfiles de redes sociales y álbumes de fotos en línea. En la actualidad, la tecnología de Clearview AI es utilizada por más de 3.100 agencias policiales de Estados Unidos, así como por el Servicio Postal de Estados Unidos. En Ucrania, se utiliza como arma de guerra. La empresa ha ofrecido sus herramientas gratuitamente al gobierno ucraniano, que las utiliza para identificar a los soldados rusos vivos y muertos y ponerse en contacto con sus madres.
Sería fácil encogerse de hombros. Después de todo, renunciamos voluntariamente a nuestra privacidad en el momento en que empezamos a compartir fotos en línea, y millones de nosotros seguimos utilizando sitios web y aplicaciones que no protegen nuestros datos, a pesar de las advertencias de los defensores de la privacidad y los servicios de seguridad occidentales. Como muchos de nosotros simpatizamos con Ucrania y estamos horrorizados por la brutalidad de Rusia, es tentador pasar por alto el hecho de que Ucrania no está utilizando Clearview AI para identificar a los ucranianos muertos, lo que sugiere que estamos asistiendo al uso de la tecnología de reconocimiento facial para la guerra psicológica, no para la identificación. Algunas personas estarán bien con las implicaciones de esto: si las madres rusas tienen que recibir fotos perturbadoras de sus hijos muertos, que así sea.
Para entender por qué deberíamos replantearnos el uso de la tecnología de reconocimiento facial en los conflictos, consideremos los siguientes experimentos mentales. En primer lugar, imaginemos que fuera Rusia la que hubiera extraído datos biométricos ucranianos de Internet para crear una herramienta tecnológica de reconocimiento facial que utilizara para identificar a los ucranianos muertos y ponerse en contacto con sus madres. Las democracias liberales probablemente condenarían estas acciones y las añadirían a su creciente lista de barbaridades de Rusia. En segundo lugar, imaginemos un conflicto en el que Estados Unidos luchara contra un adversario que hubiera tomado huellas faciales estadounidenses para entrenar su tecnología de reconocimiento facial y la utilizara para identificar a soldados estadounidenses muertos y contactar con sus madres. Es casi seguro que esto provocaría aullidos de protesta en todo Estados Unidos. Los ejecutivos de la tecnología serían vilipendiados en la prensa y llevados ante el Congreso, donde los legisladores podrían finalmente aprobar una ley para proteger los datos biométricos de los estadounidenses.
No es necesario esperar a que se produzcan estos escenarios; el Congreso podría actuar ahora para proteger los datos biométricos de los estadounidenses. Si inspirarse en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea (UE) parece un paso demasiado lejos, el Congreso solo tiene que mirar a Illinois, cuya Ley de Privacidad de la Información Biométrica (BIPA) exige que las empresas obtengan el consentimiento de las personas antes de capturar imágenes faciales y otros datos biométricos. Clearview AI está luchando actualmente contra múltiples demandas en los tribunales federales y estatales de Illinois por no haber obtenido el consentimiento de los usuarios. Estas demandas ponen de manifiesto un aspecto preocupante de la tecnología de reconocimiento facial en Estados Unidos: La privacidad, las libertades civiles y los derechos de los estadounidenses sobre sus datos biométricos varían de un estado a otro, e incluso dentro de un mismo estado, y no están protegidos por la legislación federal.
Para remediar este problema, el Congreso también podría recurrir a varios aliados de Estados Unidos, entre ellos tres de sus socios de los Cinco Ojos que comparten inteligencia. En 2021, el comisionado de privacidad de Canadá identificó a Clearview AI como una herramienta de vigilancia masiva y la declaró ilegal, mientras que los reguladores de datos británicos y australianos multaron a Clearview AI y le ordenaron borrar los datos de sus ciudadanos. En la UE, Italia multó recientemente a Clearview con 20 millones de euros, le ordenó borrar todos los datos que había recogido de ciudadanos italianos y le prohibió recoger más datos. El año pasado, Suecia multó a las autoridades policiales por utilizar la tecnología de Clearview AI para identificar a personas, y varios grupos de defensa de la privacidad, las libertades civiles y los derechos humanos presentaron denuncias contra la empresa ante los organismos reguladores de datos de Francia, Austria y Grecia. Como era de esperar, en mayo de 2021, Clearview AI dijo que no tenía clientes en la UE.
–
FUENTE