¿Es posible que los restos de un ser humano muerto hace mucho tiempo sean transgénero? Según algunos académicos de izquierdas, la respuesta es sí.
Jennifer A. Raff, profesora de antropología de la Universidad de Kansas, afirma que «no hay divisiones claras entre individuos física o genéticamente ‘masculinos’ o ‘femeninos'», y no es la única que piensa así.
De hecho, existe todo un movimiento llamado «Trans Doe Task Force» que pretende «explorar las formas en que los estándares actuales de identificación humana forense hacen un flaco favor a las personas que no encajan claramente en el binario de género», con el objetivo de acabar con la identificación tanto de género como de raza de los restos antiguos.
Hace miles de años, afirman Raff y otros como ella, algunos hombres podían autoidentificarse como «mujeres» y viceversa. Por ello, ningún análisis forense de restos óseos debería incluir hoy en día ninguna suposición sobre el género.
«Puede que conozcas el argumento de que los arqueólogos que encuentren tus huesos un día te asignarán el mismo género que tenías al nacer, así que, independientemente de que hagas la transición, no puedes escapar de tu sexo asignado», tuiteó Emma Palladino, una candidata canadiense a un máster, de acuerdo con el movimiento.
La civilización occidental está acabada mientras esta gente dirija las cosas
Como aparentemente no hay nada más urgente o importante en lo que esta gente se pueda centrar, Raff, Palladino y otros siguen adelante con los esfuerzos para transformar por completo la práctica de la arqueología y la antropología para adaptarlas a sus perversiones.
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Hasta ahora, los investigadores en este campo han identificado fácilmente el género de un esqueleto basándose en la forma y el tamaño de los huesos, por ejemplo. Las mujeres aparecen de una manera mientras que los hombres aparecen de otra, pero esto desencadena a los activistas de género como el mencionado.
«Etiquetar los restos como ‘masculinos’ o ‘femeninos’ no suele ser el objetivo final de ninguna excavación, de todos modos», se quejó además Palladino.
«La ‘bioarqueología del individuo’ es lo que pretendemos, teniendo en cuenta absolutamente todo lo que descubrimos sobre una persona en una biografía matizada y abierta de su vida».
El Trans Doe Task Force tiene como misión transformar la antropología en un campo de juego «expansivo en materia de género» en el que los investigadores peinen «las bases de datos de desaparecidos y no identificados en busca de pistas contextuales, como que los difuntos lleven ropa codificada culturalmente con un género distinto al de su sexo asignado».
«Mantenemos nuestra propia base de datos de personas desaparecidas y no identificadas que hemos determinado que pueden ser transgénero o de género variado, ya que la mayoría de los sistemas de bases de datos actuales no permiten comparar los desaparecidos con los no identificados a través de diferentes categorías de sexo binario», afirma el grupo.
Según Raff, no hay forma de saber si un esqueleto de varios miles de años que se presenta como una cazadora peruana es realmente femenino debido a la «dualidad», un concepto que, según ella, fue «impuesto por los colonizadores cristianos».
También es aparentemente «racista» intentar siquiera identificar la raza de los restos óseos. Estos mismos cruzados trans afirman que representa la «supremacía blanca» etiquetar cualquier esqueleto como algo que no sea agénero, asexual y huesos a-raciales sin significado real.
«La estimación de la ascendencia contribuye a la supremacía blanca», afirman Elizabeth DiGangi, de la Universidad de Binghamton, y Jonathan Bethard, de la Universidad del Sur de Florida, en un estudio que coescribieron, declarando que la práctica es «peligrosa».
«¿De dónde salen todos estos lunáticos chiflados?», se preguntó alguien que lee el blog de Jonathan Turley, que cubrió ampliamente el tema.
«El izquierdismo es absolutamente un trastorno mental patológico», escribió otro. «Si sólo vas a negar que hay hombres y mujeres y grupos étnicos diferentes, ya no eres un científico, sino un propagandista fanático».
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FUENTE
cybermedios.org 