INTERESANTE: Los smartphones son la maldición más tenebrosa que han impuesto a los seres humanos

Cada uno de nosotros tiene las herramientas y potencial suficiente para construir su propia vida.

En lo más profundo del inconsciente de cada persona se encuentra latente un plan y estructura básica de vida, vienes a este mundo con el kit completo para poder realizarlo en la medida que el destino y la Providencia lo tengan determinado para tí. Pero para comprender todo el potencial de las posibilidades que se nos han incorporado, debemos consultar e interactuar con el inconsciente, debemos estar preparados para las pruebas y los cambios dolorosos que siempre están asociados con el crecimiento interior. Lo malo de todo ésto es que en el kit no trae el libro de instrucciones y tienes que ir aprendiendo sobre la marcha.

El inconsciente es un segmento del colectivo universal mucho más grande que la mente consciente. Jung comparó el ego, la mente consciente, con la punta de un iceberg que se eleva sobre la superficie del agua. Más del noventa y cinco por ciento del iceberg está escondido en la profundidad del agua. La parte invisible del iceberg es el inconsciente.
El propósito de que la totalidad de la población del mundo tenga un añadido, un apéndice artificial en la mano llamado smartphone nos convertirá en híbridos aletargados fácil de manipular por la poderosa inteligencia del transhumanismo.

Antes el ego creaba su propio pequeño mundo: un sistema estricto y un conjunto de ideas sobre la realidad, al tener libre el potencial heredado de forma natural, el ser humano podía sumergirse en su inconsciente y desarrollar capacidades conocidas por el mundo antiguo como virtudes y genio. En la actualidad el ego tiene un campo de visión muy limitado y no se da cuenta de que más allá del mundo artificial que le han impuesto existe todo un universo de realidades escondidas en un vasto mar llamado inconsciente que nuestro ego no puede comprender.

La mente concreta de la población en la actualidad es muy superficial nos falta la esencia de la inspiración del inconsciente. El aislamiento de la fuente equivale a nuestro aislamiento de nuestra alma, de la vida del espíritu. Nos hace perder el interés por la vida religiosa, porque es en nuestro propio océano interno donde encontramos nuestro concepto individual de Dios y nos comunicamos con lo sobrenatural. La función religiosa, el deseo innato de significado en la vida y de experiencias internas, se corta junto con el resto de la vida interior.