El dueño de este Mundial, que es el Presidente del PSG, impuso a Qatar como sede, impuso el cambio de calendario, impuso el cambio de día del partido inagural… Ahora, ve también jugar en su patio a las dos más grandes mascotas que ha comprado (Messi-Mbappé)
El multiculturalismo globalista de Soros y el «rental power (lo que los progres llaman, sportwashing)» han acabado con la poca esencia de honor que le quedaba a este deporte. (Jorge Lizama)
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