Los estadios de fútbol de la Premier League rusa se han vaciado en las últimas semanas de manera alarmante y están dejando en ridículo la implantación del conocido como Fan ID que instaló el Kremlin.
El Gobierno, con la excusa de querer convertir el fútbol en un espectáculo más seguro al que puedan acudir los aficionados sin ningún tipo de temor, ha decidido monitorizar la entrada y salida de cada una de las personas de los estadios. Algunos ya están comparando esta situación con una especie de Gran Hermano, y lo cierto es que en tiempos de guerra se desconfía de este tipo de actitudes que toman los dirigentes del país bajo la batuta de Vladimir Putin (…) La Copa es la única excepción, ya que curiosamente en esta competición no está todavía instaurado el Fan ID, así que los aficionados pueden acudir libremente sin necesidad de presentar su pasaporte al entrar»
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