El NWO ha criado a los gemelos malvados del transhumanismo y la tecnocracia

Los puntos entre la tecnocracia y el transhumanismo se conectan fácilmente una vez que se entiende que ambos se asientan sobre la religión pseudocientífica del cientificismo, que postula que la ciencia es dios y los científicos e ingenieros son su sacerdocio. Este artículo proporciona el marco actual para entender este nexo.

La tecnocracia es para la transformación de la sociedad lo que el transhumanismo es para la transformación de la condición humana de las personas que vivirían en esa sociedad.

Ambas se apoyan en una creencia religiosa conocida como cientificismo que dice que la ciencia es un dios y que los científicos, ingenieros y tecnólogos son el sacerdocio que traduce los descubrimientos en la práctica.

Es un error fatal equiparar el cientificismo con la ciencia. La verdadera ciencia explora el mundo natural utilizando el método científico probado por el tiempo de la experimentación repetida y la validación. En comparación, el cientificismo es una visión del mundo especulativa y metafísica sobre la naturaleza y la realidad del universo y la relación del hombre con él.

El cientificismo rechaza las opiniones religiosas, la moral y la filosofía tradicionales y, en su lugar, considera que la ciencia es la fuente del valor moral personal y social.

Formalizado en 1932 por científicos e ingenieros de la Universidad de Columbia, el movimiento se definió a sí mismo en una edición de 1938 de su revista, The Technocrat:

«La tecnocracia es la ciencia de la ingeniería social, el funcionamiento científico de todo el mecanismo social para producir y distribuir bienes y servicios a toda la población… Por primera vez en la historia de la humanidad se hará como un problema científico, técnico, de ingeniería».

En efecto, la tecnocracia era un sistema económico basado en la ciencia y la ingeniería social. Los tecnócratas estaban tan seguros de que su enfoque científico era tan correcto que no habría necesidad de ninguna estructura política:

«No habrá lugar para la política, los políticos, las finanzas o los financieros, los chanchullos o los chantajes… La tecnocracia distribuirá mediante un certificado de reparto disponible para cada ciudadano desde su nacimiento hasta su muerte».

En la actualidad, la tecnocracia se encarna en el Gran Reajuste del Foro Económico Mundial y en las diversas manifestaciones de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible: Agenda 21, Agenda 2030, Nueva Agenda Urbana, etc.

La naturaleza del transhumanismo

Un pilar filosófico del transhumanismo moderno, Max More, lo definió en 1990 como

«…una clase de filosofías de la vida que buscan la continuación y aceleración de la evolución de la vida inteligente más allá de su forma actual y de las limitaciones humanas por medio de la ciencia y la tecnología, guiadas por principios y valores que promueven la vida».

El medio para el fin es, en última instancia, la ingeniería genética, que asume y acelera la teoría de la evolución para crear la humanidad 2.0.

Desde la aparición de la tecnología de edición genética CRISPR, los transhumanos han saturado las universidades y las empresas privadas para modificar todas las categorías de seres vivos, incluidos los humanos.

Lo que se predica como la preservación de la biodiversidad por parte de las Naciones Unidas es en realidad la toma de posesión del material genético, lo que se observó ya en 1994, sólo dos años después del debut del Desarrollo Sostenible y la Agenda 21 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Económico (CNUMAD) en Río de Janeiro, Brasil.

El libro de 1994, The Earth Brokers, fue escrito por dos de los principales participantes en el proceso de Río que no se tragaron a ciegas lo que acababa de ocurrir. Señalaron dos cosas sobre el convenio de biodiversidad que adoptaron 156 naciones del mundo:

«El convenio equipara implícitamente la diversidad de la vida -animales y plantas- a la diversidad de los códigos genéticos, lo que significa recursos genéticos. Al hacerlo, la diversidad se convierte en algo que la ciencia moderna puede manipular… el convenio promueve la biotecnología como algo ‘esencial para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad'».

En segundo lugar, señalaron que «el principal interés planteado por el convenio de la biodiversidad es la cuestión de la propiedad y el control de la diversidad biológica… la mayor preocupación era la protección de las industrias farmacéuticas y biológicas emergentes».

No es de extrañar que hoy en día la industria farmacéutica produzca inyecciones de terapia génica que utilizan ARN modificado genéticamente para transformar el sistema inmunitario del organismo. Llevan trabajando duro desde 1992 para avanzar en la tecnología necesaria para secuestrar el genoma humano e iniciar el camino transformador hacia la Humanidad 2.0.

Sin embargo, es la Tecnocracia la que ha utilizado sus técnicas de «ciencia de la ingeniería social» para manipular al veintidós por ciento de la población mundial para que acepte de buen grado las inyecciones de alteración genética de los transhumanos.
El Gran Reajuste abarca tanto la tecnocracia como el transhumanismo

Se ha señalado en muchas revistas profesionales que el Foro Económico Mundial y su fundador/portavoz Klaus Schwab, están promoviendo tanto la Tecnocracia como el Transhumanismo al mismo tiempo. A la luz de este artículo, esto no debería sorprender.

La Academia Europea de Religión y Sociedad (EARS), por ejemplo, escribió que

«…los muy influyentes miembros del Foro Económico Mundial tienen un plan para lo que debe venir después. Desde mediados de 2020, el FEM ha estado promoviendo su visión de nuestro futuro post-coronavirus, que ellos llaman «El Gran Restablecimiento». En su opinión, la pandemia ha puesto de manifiesto los puntos débiles de nuestro antiguo sistema y, por tanto, presenta una oportunidad perfecta para «reiniciar» nuestro mundo y empezar de nuevo. Lo sorprendente de este plan, que el FEM ha condensado en un mapa mental con forma de virus, es su respaldo implícito a una filosofía llamada «transhumanismo»». (énfasis añadido)

Como se dijo inicialmente, «la tecnocracia es a la transformación de la sociedad como el transhumanismo es a la transformación de la condición humana de las personas que vivirían en esa sociedad».

En conclusión, los gemelos malvados de la tecnocracia y el transhumanismo, junto con su religión subyacente del cientificismo, deben ser reconocidos por lo que son, pero lo más importante es que deben ser resistidos y rechazados con cada fibra de nuestro ser.

FUENTE Y LEER COMPLETO

The Evil Twins Of Transhumanism And Technocracy

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