Una de las formas más efectivas y naturales de luchar contra el cambio climático es tener árboles, ya que estas plantas son capaces de absorber el CO2 y, además, generan oxígeno. Por eso, muchas organizaciones deciden reforestar bosques como parte de su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y para compensar su huella de carbono.
Aunque esta absorción puede variar dependiendo de la especie plantada, varios estudios apuntan a que un árbol almacena al año cerca de 165 kilogramos de CO2, esto significa que habría que plantar más de 67 árboles al año para compensar las emisiones de CO2 de un solo ciudadano español.
Pero, gracias a la ciencia y a la biotecnología, un grupo de investigadores españoles trata de impulsar la propagación de árboles élite que puedan contribuir a ese objetivo.
En los laboratorios del centro tecnológico Neiker, miembro de Basque Research and Technology Alliance (BRTA), el equipo liderado por Paloma Moncaleán ha sido capaz de crear super árboles mediante la técnica de embriogénesis somática.
Un trabajo ‘in vitro’ que permite incrementar la calidad y la cantidad de algunas especies forestales para poder utilizarlas en plantaciones y evaluar su tolerancia a las nuevas condiciones provocadas por el calentamiento global.
De momento, son 800 las plantas que han ‘salido’ del laboratorio camino de Llodio (Álava) para crecer en estas tierras vascas. Se trata de la primera plantación de Pinus radiata, el más común en los montes del País Vasco, cultivada en laboratorio, después de haber seleccionado pinos de alto rendimiento y aplicando técnicas de embriogénesis somática. «Así obtenemos cientos de individuos a partir de un trozo de una semilla inmadura», explica Paloma Moncaleán, investigadora del Departamento de Ciencias Forestales de Neiker. Es decir, que frente a plantaciones tradicionales, en el que se obtiene un único árbol de una sola semilla, «mediante esta técnica de una semilla inmadura obtenemos cientos de copias».
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